Los recién nacidos son frágiles y necesitan mucho cariño y atención.
Son muy pequeños
Los recién nacidos son muy pequeños y crecen rápidamente.
Por ejemplo, no es raro que un recién nacido pese entre 2,7 kg y 3-3/4 kg. Caben en la palma de la mano o fácilmente en los brazos con espacio de sobra.
Los recién nacidos aún no son capaces de hacer muchas cosas que sí pueden hacer los adultos: andar, hablar, alimentarse solos o incluso sostener la cabeza sin ayuda.
Son muy vulnerables
- Son muy vulnerables. Los recién nacidos son pequeños y necesitan mantenerse calientes, lo que significa que debes ayudarles a protegerse de los gérmenes. Además, aún no tienen mucha fuerza ni control sobre sus movimientos, por lo que no pueden decir qué les pasa si algo va mal.
- Mantén a los recién nacidos alejados de las corrientes de aire, pero asegúrate de que tampoco estén demasiado abrigados: ¡es importante que no se sobrecalienten!
No pueden ver, oír ni hablar
Los recién nacidos no pueden ver, oír ni hablar. Sus ojos aún están cerrados y sus oídos aún no se han abierto, por lo que no pueden oír nada.
Además, en este momento de su vida no hablan mucho, por lo que hablarles tampoco sirve de nada.
Los recién nacidos también son muy débiles porque sus músculos aún no están completamente desarrollados.
Si coges a tu recién nacido de la cuna o lo acunas en brazos, ten cuidado de no dejarlo caer por accidente (o incluso a propósito).
Tienen un sentido limitado del tacto, el gusto y el olfato.
- No sienten dolor.
- Sólo pueden sentir frío y calor.
- No pueden saborear ni oler.
- Tampoco pueden oír ni ver: nacen con un punto ciego que se mueve alrededor de los ojos durante los primeros meses de vida, pero después tienen una visión normal.
Su sistema inmunitario aún no está completamente desarrollado.
El sistema inmunitario es una compleja red de órganos, tejidos y células que trabajan conjuntamente para proteger al bebé de las enfermedades.
Funciona reconociendo sustancias nocivas en el organismo y destruyéndolas antes de que puedan causar daños o propagar infecciones.
El sistema inmunitario del recién nacido aún no está completamente desarrollado, por lo que necesita protección adicional frente a las infecciones durante sus primeros meses de vida.
Por eso es importante que los padres conozcan las formas de mantener a sus bebés a salvo de los gérmenes cuando aún son demasiado pequeños para recibir vacunas u otras formas de protección contra las enfermedades.
Sus sentidos del equilibrio y el movimiento aún no están completamente desarrollados.
Los recién nacidos tienen un control limitado sobre su cuerpo, por lo que no son muy firmes sobre sus pies.
No pueden mantener la cabeza erguida, andar ni darse la vuelta. Alrededor de los 3 meses, tu recién nacido podrá sentarse solo, pero no esperes que gatee todavía.
Incluso cuando empiece a gatear (entre los 6 y los 9 meses), probablemente sólo podrá moverse a la mitad de velocidad que un niño mayor.
Los recién nacidos tampoco tienen mucha experiencia con los alimentos sólidos, aunque eso no les impide intentarlo.
Si tu bebé aún no ha comido sólidos (y tú quieres que lo haga), lo mejor es que esperes a que tenga entre 4 y 6 meses para introducirlos en su dieta; al fin y al cabo, no hay prisa.
Necesitan que cuides de ellos todo el tiempo.
Cuidar de un recién nacido es un trabajo a tiempo completo.
El bebé necesita que lo alimenten y lo cambien, que lo mantengan limpio y seguro, que lo abracen y lo quieran.
Necesita que escuches sus llantos (y a veces sólo sus pequeños suspiros), que le leas libros o le cantes canciones de su infancia.
Necesitan que les abraces fuerte cuando tienen miedo o se hacen daño; necesitan a alguien que pueda hacer que todo vuelva a ser mejor con sólo tocar su manita con la tuya.
Tal vez incluso con sólo sujetarte el dedo durante unos minutos mientras os sentáis juntos en silencio en la habitación oscura donde todos los bebés aman más porque no hay nada igual en ningún otro sitio, excepto quizá el mismísimo cielo, de donde vienen todas las cosas buenas…
Los recién nacidos son frágiles y necesitan mucho cariño y atención.
Un recién nacido es una criatura delicada que necesita mucho cariño y atención.
Son muy frágiles y no pueden hacer nada por sí mismos, por lo que debes estar a su lado 24 horas al día, 7 días a la semana, para asegurarte de que están seguros y cómodos.
Los recién nacidos necesitan ser alimentados cada dos horas durante el día, así como por la noche si se despiertan llorando de hambre.
Si no le das de comer suficientes veces al día, se debilitará y enfermará, ¡lo que podría provocarle la muerte! Así que, siempre que tu bebé tenga hambre (ya sea de día o de noche), dale de comer enseguida para que no le pase nada malo.
Conclusion
En resumen, los recién nacidos son frágiles y necesitan mucho cariño y atención.
Todavía no ven, oyen ni hablan muy bien, así que hay que ayudarles con los sentidos del tacto, el gusto y el olfato.
También hay que asegurarse de que no sufran daños, manteniéndolos alejados de baños de agua caliente u otras situaciones peligrosas.
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