El amor es un sentimiento que trasciende la razón y la ciencia, por lo que no es de extrañar que a muchas personas les resulte difícil explicarlo en términos químicos.
Pero, ¿y si pudiéramos utilizar la ciencia para explicar el amor? ¿Hay algo más romántico que viajar al interior del cerebro para entender a esa persona especial?
Este artículo explora cómo podemos utilizar la neurociencia y la psicología para entender mejor qué nos hace enamorarnos y mantenernos enamorados de nuestras parejas.
La ciencia nos dice que el amor es una reacción química y no algo sobrenatural.
La ciencia del amor es sencilla.
El cerebro libera dopamina y oxitocina, sustancias asociadas a la sensación de recompensa y placer.
También libera serotonina, norepinefrina y vasopresina, sustancias químicas asociadas al apego a largo plazo.
La dopamina es un neurotransmisor que ayuda a regular el sistema de recompensa del cerebro provocando la liberación de adrenalina en el cuerpo cuando se experimenta un acontecimiento emocionante (como conocer a alguien especial).
La dopamina desempeña un papel importante en el aprendizaje de nuevas habilidades o en la fijación de los recuerdos. La oxitocina es otra hormona que se libera durante el orgasmo y que ayuda a unir a las parejas a través de la confianza, la intimidad y el compromiso a lo largo del tiempo[1].
El amor es un sentimiento, no una sustancia que pueda analizarse o medirse.
El amor es un sentimiento, no una sustancia que pueda analizarse o medirse. Es una emoción que puede sentirse y expresarse de muchas maneras diferentes.
El amor no es una sola cosa; ¡es infinito!
La ciencia puede decirnos cómo afecta el amor al cerebro, pero no puede decirnos qué es el amor.
Se dice que el amor tiene muchos matices.
Puede hacerte sentir de maravilla, pero también puede impulsarte a hacer cosas que nunca creíste posibles.
El amor es una reacción química del cerebro que provoca euforia y euforia cuando estamos en presencia de alguien a quien queremos o con quien deseamos estar.
Sin embargo, esto no significa que la ciencia pueda explicarlo todo sobre lo que nos hace enamorarnos o por qué seguimos con alguien mucho después de que nuestra atracción inicial se haya desvanecido.
De hecho, algunos filósofos han definido el amor como «un intenso sentimiento de profundo afecto» a lo largo del tiempo; otros han dicho que es «un deseo irracional por otra persona», mientras que otros lo definen como «un sentimiento basado en una profunda apreciación de la belleza».
En otras palabras: ¡no existe una definición única en la que todo el mundo esté de acuerdo!
El amor no sólo te hace sentir bien, también es bueno para ti.
Los beneficios del amor son numerosos, y no se limitan a los emocionales o espirituales.
El amor te hace sentir bien, pero también es bueno para tu salud mental y física.
El amor puede ayudarte a vivir más, mejor y más feliz de muchas maneras:
- El amor nos da algo que esperar cada día.
- Esto es especialmente cierto cuando encontramos a alguien que nos comprende y acepta nuestros defectos sin juzgarnos; este tipo de comprensión mutua crea un entorno en el que nos sentimos lo suficientemente seguros como para ser nosotros mismos y, con el tiempo, esta sensación de seguridad conduce directamente a mejores resultados de salud (se ha demostrado que las personas que se sienten seguras en sus relaciones tienden a comportamientos más saludables).
- Cuando amamos a otra persona tan profundamente que nuestra propia felicidad depende de la suya (en otras palabras: cuando nos preocupamos por otra persona), haremos lo que sea necesario no sólo para mantenerla feliz, sino también para mantenernos sanos y no afectarla negativamente con malas noticias sobre nosotros.
Merece la pena tomarse un tiempo para apreciar cómo la ciencia puede complicar nuestras nociones del amor y el romance.
El amor es una emoción compleja que lleva siglos siendo estudiada por psicólogos y filósofos.
El amor puede ser confuso, sobre todo cuando uno intenta comprender sus propios sentimientos y los de los demás.
La ciencia ha hecho algunos progresos en la comprensión del amor, pero aún no puede decirnos qué es el amor ni por qué nos sentimos como nos sentimos cuando nos enamoramos de alguien.
El amor no es un objeto que pueda analizarse o medirse, sino una experiencia que tiene lugar en la mente y el cuerpo de cada persona y que, por tanto, no puede reducirse a reacciones químicas o escáneres cerebrales.
El amor hace que la gente se sienta bien; esto no significa que todos los sentimientos asociados con estar enamorado se comporten como esperan los científicos (por ejemplo, los niveles de dopamina aumentan durante las primeras etapas).
En lugar de pensar en cómo las sustancias químicas hacen que nos sintamos de determinada manera con respecto a otras personas, considere en cambio cómo estas sustancias químicas podrían contribuir positivamente a nuestro bienestar general ayudándonos a vincularnos socialmente con otras personas de forma saludable, en lugar de limitarnos a buscar nuevas parejas siempre que sea posible.
Conclusion
Como hemos visto, el amor es un fenómeno complicado que puede resultar difícil de definir.
Pero la buena noticia es que la ciencia puede ayudarnos a entenderlo mejor.
Puede que el amor no sea sobrenatural, ¡pero sigue siendo asombroso!
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