No hay duda de que las bolsas de plástico son uno de los productos más populares del mundo. Son ligeras, cómodas y no se desgastan fácilmente.
Pero también tienen un lado oscuro. Las bolsas de plástico tardan cientos de años en descomponerse porque no son biodegradables.
De hecho, las bolsas de plástico pertenecen a un grupo de materiales llamados «contaminantes orgánicos persistentes» (COP) y se han encontrado en grandes cantidades en el fondo de océanos, ríos y lagos de todo el mundo.
Las bolsas de plástico reciclado son la opción más ecológica, según un nuevo estudio.
Las bolsas de plástico reciclado son la opción más respetuosa con el medio ambiente, según un nuevo estudio.
Las bolsas de plástico se fabrican con polipropileno y tereftalato de polietileno (PET).
Estos materiales se obtienen a partir de petróleo crudo o gas natural, por lo que su huella de carbono es mayor que la de otros tipos de plásticos utilizados para fabricar bolsas, como los fabricados con materiales reciclados.
Sin embargo, en términos de huella hídrica -o impacto sobre los recursos de agua dulce-, las bolsas de plástico para mascotas tienen un impacto menor que las bolsas de la compra convencionales porque son más ligeras y, por tanto, consumen menos energía durante su producción.
El polipropileno y el tereftalato de polietileno (PET) son los plásticos más utilizados en las bolsas.
El polipropileno es un polímero sintético que se utiliza en muchos productos de consumo, incluidas las bolsas. El tereftalato de polietileno (PET), por su parte, es un polímero termoplástico.
Se utiliza para fabricar botellas y envases de plástico, y también algunas bolsas ecológicas.
Es posible que haya oído hablar del PET en relación con las botellas de agua embotellada o de refrescos; también se utiliza en fibras para prendas de vestir como el poliéster, ya que se puede fabricar en láminas finas que son resistentes pero lo suficientemente flexibles para su uso en tejidos de ropa[1].
Los tipos más comunes de polipropileno son:
El estudio ha medido el impacto ambiental de los distintos tipos de bolsas de plástico analizando su impacto en el cambio climático, su toxicidad y su huella hídrica.
El estudio midió el impacto ambiental de distintos tipos de bolsas de plástico analizando su repercusión en el cambio climático, la toxicidad y la huella hídrica.
El estudio fue realizado por científicos de la Universidad de California en Santa Bárbara.
Los investigadores descubrieron que las bolsas de algodón tienen una huella de carbono mucho menor que las fabricadas con plásticos convencionales como el polietileno (PE) o el polietileno de baja densidad (LDPE). Por ejemplo
- Una bolsa de PE tiene una vida media de 15 minutos antes de acabar en un vertedero o ensuciando nuestras calles y cursos de agua;
- Una bolsa de algodón tardará unos 860 años en descomponerse de forma natural en los vertederos;
El algodón también es más sostenible porque requiere menos energía durante su producción en comparación con materiales sintéticos como el PET o el polipropileno (PP).
Nueve de cada 10 bolsas de plástico utilizadas en el mundo son de un solo uso y se tiran después de un solo uso.
Es un hecho que nueve de cada 10 bolsas de plástico utilizadas en el mundo son de un solo uso y se tiran después de un solo uso.
Esto significa que acaban en vertederos o incineradoras, donde tardan cientos de años en descomponerse.
Las bolsas de plástico son también una importante fuente de contaminación porque filtran sustancias químicas tóxicas al suelo y al agua cuando se exponen a la luz solar durante largos periodos de tiempo.
El plástico no es biodegradable; nunca se descompone en partes más pequeñas como hacen otros materiales orgánicos con el paso del tiempo (como los residuos alimentarios).
En su lugar, se descompone en trozos más pequeños, llamados microplásticos, que pueden ser ingeridos por los animales, que los confunden con partículas de comida o se enredan en sus cuerpos causándoles lesiones o la muerte; esto ocurre con demasiada frecuencia con las tortugas, que confunden las bolsas de plástico con medusas.
Además, se ha demostrado que las bolsas de plástico contienen sustancias cancerígenas, como las dioxinas, que pueden provocar cáncer cuando son ingeridas por los seres humanos.
Evitar las bolsas de plástico es la mejor manera de ayudar a salvar el medio ambiente.
Las bolsas reutilizables son la mejor opción.
Pueden estar hechas de materiales reciclados, por lo que son una alternativa ecológica a las bolsas de plástico de un solo uso.
Las bolsas de la compra reutilizables suelen utilizarse para transportar otros artículos además de la compra.
Si tienes varias bolsas de la compra reutilizables en casa, puedes plantearte darles otro uso:
- Utiliza una como bolsa de playa o de juguetes de piscina cuando te vayas de vacaciones; así evitarás que la arena y el agua se introduzcan en otros objetos de tu maleta o maletero del coche.
- Utiliza otra como bolsa para el gimnasio; así mantendrás la ropa sudada separada de la limpia.
- Utiliza otra como bolso (o mochila para hombre/mujer/niño).
Conclusion
El estudio ha medido el impacto ambiental de distintos tipos de bolsas de plástico analizando su repercusión en el cambio climático, su toxicidad y su huella hídrica.
Nueve de cada 10 bolsas de plástico utilizadas en el mundo son de un solo uso y se tiran tras un único uso.
Evitar las bolsas de plástico es la mejor manera de ayudar a salvar el medio ambiente.
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