Volar es caro.
Es una realidad. ¿Por qué? La respuesta tiene que ver con el funcionamiento de las compañías aéreas y cómo pagan todos los costes de volar.
Tienen que cubrir los costes de mantenimiento, el precio del combustible, las tasas aeroportuarias, etc. ¡Y todo suma!
Precios de los carburantes
El combustible es un coste clave del transporte aéreo.
El precio del combustible es volátil y ha ido subiendo a lo largo de la última década.
Como puede verse en el gráfico siguiente, esta tendencia ha continuado recientemente: los precios son más altos que antes, aunque otros productos básicos, como los alimentos y la ropa, no han subido tanto como los precios del combustible.
Gastos de mantenimiento
El mantenimiento de los aviones es caro porque hay que sustituir las piezas que se desgastan.
Por ejemplo, si un avión lleva un juego de neumáticos, éstos acabarán desgastándose y habrá que cambiarlos.
Lo mismo ocurre con cualquier otra pieza de un avión que se desgaste con el tiempo: los motores y las alas también requieren un mantenimiento regular.
Además de sustituir las piezas que se desgastan, las aerolíneas también tienen que pagar a mecánicos formados para realizar estas tareas correctamente.
Hacen falta años de formación antes de que alguien pueda obtener el certificado de mecánico de aviones… ¡e incluso entonces siguen aprendiendo cosas nuevas todo el tiempo!
Tasas aeroportuarias
Las tasas aeroportuarias contribuyen en gran medida al coste de los viajes en avión.
A muchos pasajeros les sorprenden estas tasas, pero son una parte importante del coste de los billetes de avión.
Las tasas varían según el país y pueden incluir desde gravámenes sobre el combustible hasta impuestos sobre las ventas de artículos comprados en tiendas o restaurantes del aeropuerto.
Además, los aeropuertos internacionales imponen a veces sus propias tasas, además de las impuestas por los gobiernos nacionales (por ejemplo, tasas de seguridad).
Gastos de emisión de billetes
Las aerolíneas tienen que pagar mucho dinero para emitir sus billetes.
El coste del billete incluye tasas aeroportuarias, impuestos gubernamentales y tasas de la aerolínea.
A menudo no están incluidas en el precio anunciado del billete, por lo que puede sorprenderle cuánto más tiene que pagar al comprar un vuelo por Internet o por teléfono.
Las tasas de emisión varían mucho según la aerolínea; por ejemplo, United Airlines cobra 25 dólares por vuelo nacional, mientras que Southwest Airlines no cobra ninguna tasa de emisión.
Ineficiencias del sistema
El sistema de transporte aéreo es ineficaz, anticuado y a menudo difícil de utilizar. Estos factores lo encarecen más de lo necesario.
La ineficiencia más evidente es la falta de automatización del proceso de reserva.
Cuando se reserva un vuelo por Internet o por teléfono, hay que rellenar un formulario en el quiosco del aeropuerto antes de facturar, un paso que podría eliminarse fácilmente con la tecnología digital.
Tampoco tiene forma de saber si hay vuelos más baratos disponibles hasta después de haber reservado sus billetes; esto significa que las aerolíneas pueden cobrar precios más altos sin preocuparse de perder clientes que prefieren pagar menos a perder tiempo buscando ofertas en otros sitios por su cuenta (y viceversa).
No hay forma de solucionar estos problemas a menos que empecemos a pensar de forma diferente sobre cómo nos desplazamos: invirtiendo más en sistemas de transporte público; fomentando las aplicaciones de viajes compartidos como Lyft y Uber; o incluso desarrollando nuevas tecnologías como los coches sin conductor que nos permitirán recuperar todos esos minutos extra cada día.
Viajar en avión es caro por todos los gastos que conlleva.
Los costes del transporte aéreo son el resultado de muchos factores.
Los más obvios son los precios del combustible y los costes de mantenimiento, que pueden ser astronómicos para las aerolíneas.
Pero también están las tasas aeroportuarias que deben pagar los pasajeros y los costes de emisión (el precio que se paga por el billete).
Estos gastos se acumulan rápidamente si tenemos en cuenta la cantidad de gente que viaja a diario por todo el mundo.
Además de estos factores, hay ineficiencias del sistema que contribuyen a elevar los precios:
Conclusión
¿Por qué es tan caro el transporte aéreo?
Es una cuestión compleja con muchos factores, pero la conclusión es que hay muchos costes implicados en llevar a la gente de un lugar a otro en avión.
La buena noticia es que hay formas de abaratarlo. Si reducimos el despilfarro e invertimos más en energías renovables, como la solar o la eólica, quizá algún día el precio de los billetes no sea tan alto.
He aquí algunos de los factores que contribuyen a que las tarifas aéreas sean elevadas: El precio del combustible.
Las aerolíneas gastan mucho dinero en combustible, que es uno de sus mayores costes. De hecho, puede suponer más del 30% de los gastos de explotación de una aerolínea.
Si sube el precio del petróleo, suben también los precios de los billetes, porque las aerolíneas tienen que pagar más por la gasolina necesaria para hacer volar los aviones.
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